“Siguen existiendo grandes incertidumbres antes de la próxima temporada de calefacción. Un invierno frío, unido a una interrupción total del suministro de gas canalizado ruso a Europa […] podría renovar fácilmente las tensiones del mercado. También podría surgir una feroz competencia por el suministro de gas si el noreste asiático experimenta un clima más frío de lo habitual y el crecimiento económico en China es más fuerte de lo esperado”, asegura el organismo.
La advertencia de la AIE se produce en vísperas del segundo invierno completo sin flujos normales procedentes de Rusia, el otrora principal proveedor de gas de Europa. A pesar de que los precios han bajado significativamente respecto a los récords del año pasado, los contratos de combustible para la próxima temporada de frío cotizan con una prima respecto a los precios a corto plazo, señal de la persistente fragilidad del mercado que podría provocar otra crisis a finales de año.
Además, también avisa de que los altos niveles de almacenamiento de gas en Europa —próximos al 90%— “no son garantía contra la volatilidad del mercado durante el invierno”.
Si Europa se congela durante un periodo prolongado y las energías renovables no generan lo suficiente, el gas podría duplicar su precio actual de invierno y alcanzar los 100 euros el MWh, según señaló Morgan Stanley a principios de este mes. En el otro extremo, un invierno suave y ventoso significaría que los precios podrían caer hasta unos 15 euros, según el análisis del banco de inversión.
OTROS ESCENARIOS
La AIE también contempla varios escenarios, entre ellos aquellos en los que unas temperaturas superiores a las normales y unas importaciones abundantes de gas natural licuado permitirían a Europa arreglárselas incluso sin los flujos rusos. Sin embargo, esto también dependería de la demanda de gas natural licuado (GNL) en Asia. Además, cualquier interrupción imprevista podría alterar el equilibrio, ya que el suministro mundial de gas sigue siendo escaso este año.