Los ingresos del grupo de telefonía alcanzaron los 43.809 millones de euros, un 2,6% menos que en el ejercicio anterior, con un retroceso del 1,9% de los ingresos por servicios, aunque en cifras orgánicas esta caída se redujo al 0,1%.
En concreto, los ingresos por servicios de Vodafone aumentaron un 7,7% en Alemania, pero disminuyeron un 7,8% en Italia y un 3,4% en Reino Unido, mientras que en España cayeron un 3%.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de Vodafone alcanzó los 14.386 millones de euros, un 3,3% menos (-1,2% orgánico), mientras que el beneficio operativo de la compañía fue de 5.097 millones, lo que representa una mejora del 24,3% en el ejercicio.
Por su parte, la deuda neta de Vodafone registró un incremento del 3,6%, hasta 40.543 millones.
De cara al ejercicio en curso, la operadora indicó que espera alcanzar un Ebitda ajustado de entre 15.000 y 15.400 millones de euros.
«Hemos cumplido la primera fase de nuestra estrategia para remodelar Vodafone como un proveedor de conectividad más sólido, que incluye
la simplificación del grupo a Europa y África, la salida a bolsa con éxito de Vantage Towers, el rápido despliegue de nuestras redes fijas y móviles de próxima generación, la ganancia de participación en las suscripciones de banda ancha y la reducción continuada en la rotación de clientes», declaró Nick Read, consejero delegado de Vodafone.
«El mundo ha cambiado. La pandemia ha demostrado cuán críticos son la conectividad y los servicios digitales para la sociedad. Vodafone se encuentra fuertemente posicionado y a través de una mayor inversión, estamos tomando medidas ahora para asegurarnos desempeñar un papel de liderazgo y aprovechar las oportunidades que crean estos cambios», añadió.