El relator especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Michael Lynk, ha calificado este viernes como «una afrenta a la justicia» las estrategias de control de Israel sobre los palestinos.
En su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha precisado que estas estrategias «violan los principios de los sistemas legales modernos, dañan a millones de personas inocentes, agudizan las tensiones y propician una mayor violencia».
De esta forma, ha hecho un llamamiento a Israel a «detener inmediatamente» cualquier práctica que constituya un castigo colectivo contra este pueblo. «Es una afrenta a la justicia y al Estado de Derecho ver que esos métodos continúen utilizándose en el siglo XXI y que los palestinos sigan siendo castigados colectivamente por los actos de unos cuantos», ha detallado el experto de Naciones Unidas.
Lynk ha afirmado que todas estas prácticas violan «gravemente los Derechos Humanos de los palestinos», entre los que ha citado el derecho a la vida, a la libertad de movimiento, a la salud, a una vivienda adecuada y a una vida digna.
LA SITUACIÓN DE GAZA
El relator de la ONU ha alertado principalmente de la situación de la Franja de Gaza, donde asegura que se puede ver el alcance del «impacto devastador de la política de castigo de Israel». «Un territorio que sufre ahora un total colapso económico, cuya estructura está destruida y cuyo sistema de servicios sociales apenas funciona», ha añadido.
Asimismo, ha señalado que, aunque la justificación israelí se basa en contener al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), el impacto ha «destruido» la economía de Gaza y ha causado «un sufrimiento inmenso» en los dos millones de palestinos que se encuentran en el lugar.
Lynk ha recordado que los castigos colectivos están «prohibidos inequívocamente y sin excepción».
Por otro lado, en su informe ha criticado también la demolición de viviendas palestinas al contabilizar más de 2.000 casas destruidas por la supuesta comisión de delitos de alguno de sus miembros. «Esto es una clara violación del artículo 53 de la Cuarta Convención de Ginebra», ha puntualizado.
El relator de Naciones Unidas ha insistido en que estas acciones solo fomentan «un entorno de odio y venganza» y no se pueden justificar en el intento de disuadir actos violentos.
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