Las exenciones, publicadas en un boletín de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del país, representan una limitación de los gravámenes al excluir estos productos de dos tipos de aranceles: el arancel del 125% aplicado a China y el arancel base del 10% para casi todos los demás países.
Esta medida podría aliviar el impacto de los aranceles en los consumidores y beneficiar a empresas como Apple, Nvidia y Samsung Electronics, entre otras.
De hecho, se calcula que el 80% de los iPhone que se comercializan en Estados Unidos se fabrican en China, mientras que el otro 20% se producen en India, a pesar de los intentos de Apple orientados a diversificar su cadena de suministro.
Las exclusiones se aplican sobre teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, así como máquinas utilizadas para fabricar semiconductores, en un guiño al gigante de la fabricación de chips Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC).
La Casa Blanca ha defendido tras el anuncio que la Administración sigue instando a las empresas a trasladar la producción a Estados Unidos. «El presidente Trump ha dejado claro que Estados Unidos no puede depender de China para fabricar tecnologías clave como los semiconductores, los chips, los teléfonos móviles o los ordenadores portátiles», ha argumentado la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt, citada por la cadena CNN.
«Por eso el presidente ha conseguido billones de dólares en inversiones de las empresas tecnológicas más grandes del mundo como Apple, TSMC y Nvidia. Estas empresas se están apresurando para trasladar la producción a Estados Unidos lo antes posible», ha añadido.
Otro responsable de la Casa Blanca ha destacado que «el presidente ha afirmado que los coches, el acero, los medicamentos, los chips y otros materiales concretos estarán en listados de aranceles específicos para grantizar que se aplican de forma justa y eficaz».
CESIÓN DE TRUMP A LAS EMPRESAS ESTADOUNIDENSES
Esta medida supone una nueva cesión de la Administración Trump a las empresas estadounidenses, que han vivido momentos con caídas generalizadas en todos los sectores, pero con especial incidencia en las tecnológicas.
Estas exenciones en las medidas arancelarias globales de Estados Unidos se suman a la decisión anunciada por Trump este pasado miércoles de pausar durante 90 días la aplicación de los aranceles a la mayoría de los países, a excepción de China, país al se los ha elevado al 145%, si bien el gigante asiático respondió con la imposición de un gravamen del 125% a las importaciones de Estados Unidos.
En concreto, Trump utilizó su red social ‘Truth Social’ para anunciar esa pausa de 90 días: «Más de 75 países han llamado a representantes de los Estados Unidos […] para negociar una solución a los temas que se están debatiendo en relación con el comercio […]. Para las naciones que por sugerencia mía no han tomado represalias de ningún tipo contra los Estados Unidos he autorizado una pausa de 90 días y un arancel recíproco notablemente reducido durante este periodo del 10%».
En este contexto, la Comisión Europea ha estimado una caída de hasta el 3,3% del PIB de Estados Unidos y del 0,6% en la Unión Europea hasta 2027 si se imponen aranceles permanentes del 20% o si se activan medidas de represalia, según los primeros cálculos del Ejecutivo comunitario, que prevén un mayor impacto en la economía estadounidense que en la europea.