Nombrar conseller de Economía a Jaume Girod, el de la lealtad itinerante; o vicepresidente, a Jordi Puigneró, el de la furia hispanófoba, quiere hacer inevitable la independencia tal vez a la manera de Somalilandia. Sin demora -¡remember Perpiñán!-reclame a París por la marcha atrás de la inmersión en catalán en la enseñanza y aplíquese a deparar tardes de gloria a su socio monclovita.
«Gentes de Europa: ¡Uniros al movimiento MEGA! ¡¡Haced a Europa Grande de Nuevo!!», ha indicado en un escueto mensaje publicado en la red social…