Señor presidente del Gobierno, el líder del PP, Pablo Casado, se ha quejado en el Congreso de que, ignorando sus ofertas, prefiera adhesiones inquebrantables. Entre irónica y despectiva, la respuesta ha sido poner condiciones a la mano tendida.
Qué diferencia con el trato reservado para Gabriel Rufián, después de escucharle cómo se despachaba contra el Rey Felipe VI, contra su padre el Rey Juan Carlos y contra Felipe González, tildado de responsable de los secuestros y asesinatos de los GAL. No hubo turnos para la defensa y el honor calderoniano, de vacaciones ¿Será mejor así?