Señor presidente del Gobierno, prodigarse en ruedas de prensa en nada garantiza ser entendido, sus apariciones reiteradas en televisión para dar instrucciones, señalar fases, definir marcadores, fijar perímetros -autonómicos, provinciales, comarcales-, indicar franjas horarias por edades y graduar obligaciones, avivan la confusión e incendian la casuística.
En cuanto a las fuerzas de sustentación de la investidura, se observa fatiga de los materiales sin que se adviertan aproximaciones de la oposición. La malquerencia es la antesala de la soledad, que llevaría al imposible. Reaccione.