Señor Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, su ratificación en el trigésimo noveno congreso federal le ha permitido ofrecernos un fiel autorretrato mediante la propuesta de la Comisión Ejecutiva, donde ha preferido componer una nómina de adictos contrastados en vez de incorporar talentos insumisos. Algunos ganadores de elecciones municipales o autonómicas adquieren ahora la condición de adversarios a desbancar y para portavoz parlamentaria encasilla a Margarita Robles, sin el debido respeto al Grupo Socialista para que decida en mayor libertad.
Veremos.