Señor Secretario General de Podemos, de los tiempos del sorpasso cuando la ruptura del candado de 1978 y la inminencia del asalto a los cielos, se pasó a centrifugar a los compañeros que hicieron el paseíllo en Vista Alegre. Vinieron las fracturas de los afines y el gusto por enarbolar banderas independentistas cualesquiera.
Anoche prefirió camisa en tono pastel para esgrimir la Constitución leyendo los artículos que venían más a cuento para centrar el debate de los enzarzados y sólo pedía asiento a la lumbre del gobierno de Pedro. Atentos a la segunda parte.