Señor presidente del Partido Popular, tanto quejarse de los días sin recibir llamada del jefe del Gobierno y pierde la ocasión que le brindaba el pleno del Congreso de los Diputados utilizada sólo para intercambiar lindezas.
Su Señoría busca identificar a Sánchez con la calamidad y Sánchez presentarle a Vd. como culpable de impedir el Pacto de los Montes. El presidente dice ofrecerse “de corazón” y Vd. reclama hacerlo con luz y taquígrafos. Pero los pactos políticos y los amorosos requieren áreas de cierta penumbra porque escrutados bajo el panóptico de Bentham son imposibles.