Señora Directora General de la Guardia Civil, las bicicletas son para el verano y los cargos para ejercerlos, por eso resulta inexplicable que esté desaparecida en medio de la bronca desatada por las palabras del general jefe de Estado Mayor del Cuerpo que se quiso disculpar como un lapsus cuando se demostró coincidente con las instrucciones cursadas a las comandancias.
Se hace escarnio con los uniformes y pin pan pun con la Benemérita por cualquier pijoaparte. Su señoría debe asumir los errores propios, corregir los de sus subordinados y defender a quienes forman en esas filas. Vale.