Señor Presidente de la Comisión, después de aguantar la semana pasada en Bruselas los improperios de un presidente norteamericano empeñado en cocear a los aliados, en declarar a Europa su enemigo, en desairar a la primera ministra británica, Theresa May, y en exhibirse con Putin y convalidarle todos sus excesos, le vimos luchar contra el proteccionismo rampante viajando a Pekín, firmando el mayor acuerdo de libre comercio en Tokio y pronunciando la Lección Carlos de Amberes en Madrid.
Hoy en Washington se las verá con Trump para defender a Europa: suerte, vista y al toro.