Señor vicepresidente de la Comunidad de Madrid, emociona su cierre de filas con la presidenta tras la intervención de Rocío Monasterio del grupo Vox, y que dé por cierta la quema de iglesias.
Fue el 10 de mayo del 36 y contaba en crónica magistral Josep Pla que los madrileños contemplaban el espectáculo comiendo churros mientras los vendedores ambulantes hacían su agosto atendiendo a la muchedumbre de curiosos sobrevenidos. Nadie ha explicado la incomparecencia de los bomberos y ochenta y tres años después los templos siguen sin cumplir la ordenanza contra incendios.