Esperanza Aguirre
Muy señora mía, su dimisión como concejal y portavoz del grupo municipal del Partido Popular de Madrid, resulta de la asunción de responsabilidades por el incumplimiento de sus deberes “in vigilando” e “in eligendo”. Su entorno parece una charca plagada de ranas y los jefes responden de su honradez personal pero también de la de sus equipos.
Ahora otros dirigentes peperos quedan emplazados a hacer otro tanto. Aquellos caballos que no necesitan pienso, que se alimentan del ruido de su galope, aludidos en un aforismo de Elías Canetti parecen extinguidos en política, donde todo es codicia.
Acceda a la versión completa del contenido
Telegrama para Esperanza Aguirre
De momento, la Berlinale desveló el jueves un secreto muy esperado: la estrella de Hollywood…
La víspera, las tres naciones bálticas desconectaron sus sistemas eléctricos de la red BRELL, que…
Así se desprende del proyecto sometido a audiencia e información pública sobre los modelos de…
Solamente en el mes de diciembre, el volumen de nuevas hipotecas concedidas fue de 6.877…
Además, la gala fue vista algún momento por más de 6,5 millones de espectadores únicos,…
En concreto, las ventas del fabricante estadounidense cayeron en enero en Alemania un 59,5% respecto…