Monsieur felicitaciones por su victoria en la segunda vuelta de las elecciones francesas que le proclaman Presidente de la Republique. Enseguida vendrán los comentaristas a discutirle sus méritos y a aguarnos la fiesta pero ahí queda como un ejemplo su valiente renuncia a la demagogia primaria, su negativa a ofrecer soluciones simplistas para problemas complejos, a propugnar nacionalismos cerriles o a propagar el incendio de la xenofobia cainita. También su alineamiento con la Unión Europea.
Putin y Trump estarán tascando el freno, Bruselas ardiendo en fiestas.