Señor, su mensaje de anoche fue de reconocimiento y de ánimo. Apeló a la Constitución, al deber de respetarla y a la garantía que es para nuestra dignidad, derechos y libertades. Agradeció las muestras de afecto, ignoró los desaires recibidos y reiteró la fidelidad a sus obligaciones por encima de cualquier consideración.
Se mostró atento a sus deberes, sabiendo que, como Jefe del Estado, es símbolo de su unidad y permanencia. Reiteró su compromiso con un pueblo que ni se rinde, ni se resigna y en cuyo amor reside la única prenda de continuidad. Felicidades.