Señor Presidente de los Estados Unidos, la retirada anoche de la orden de efectuar un bombardeo selectivo sobre instalaciones de Irán exige averiguar si fue una libre rectificación suya, o si le fue impuesta por los últimos mohicanos que aún quedan en la Casa Blanca fuera del círculo de la estupidez que su excelencia lidera.
Sabemos que toda guerra requiere una preparación mediática que insufle la suficiente dosis de ardor bélico y que garantice el entusiasmo del público reflejado en las encuestas. ¡Ánimo!, un esfuerzo más y tendremos la guerra, a menos que destituyan a Trump.