Señor Primer Ministro de Israel, la nueva ley que acaba de aprobar su Gobierno sustituye el principio de igualdad y valores universales por el nacionalismo y el racismo y deja en un apartheid a la población árabe, discriminándola con una ciudadanía de segunda clase.
Escribe el gran Daniel Barenboim en El País que el pueblo judío, perseguido y sometido a crueldades sin fin, en modo alguno puede ahora convertirse en el opresor que inflige esos padecimientos a otro pueblo. Por eso, Barenboim declara que la nueva ley le hace hoy avergonzarse de ser israelí.