Numerosos jefes de Estado y de Gobierno asistieron a la ceremonia, pero los supervivientes de la maquinaria asesina nazi ocuparon un lugar central. Alrededor de 50 antiguos prisioneros de Auschwitz y otros campos de concentración estaban presentes, y tres o cuatro de ellos estaban previstos para pronunciar los discursos principales.
Podría ser una de las últimas conmemoraciones con supervivientes, que ahora tienen todos al menos 80 años. El antiguo campo de concentración y exterminio alemán de Auschwitz-Birkenau simboliza el Holocausto y el horror del nacionalsocialismo.
Alrededor de 1,1 millones de personas fueron fusiladas aquí entre 1940 y 1945, asesinadas en cámaras de gas o muertas de hambre y enfermedad; la mayoría eran judíos.
El 27 de enero de 1945, soldados soviéticos llegaron al campo en la Polonia ocupada por la Wehrmacht, las fuerzas armadas del nacionalsocialismo, y liberaron a unos 7.000 supervivientes.
De Alemania viajaron el presidente Frank-Walter Steinmeier y el canciller Federal, Olaf Scholz, así como el vicecanciller Robert Habeck, entre otros altos funcionarios políticos. El líder de la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, no participará por motivos de agenda.
El Bundestag (Parlamento alemán ) conmemorará a las víctimas del Holocausto el próximo miércoles. Ese mismo día, el canciller Scholz hará una declaración gubernamental en el Parlamento sobre el debate en curso acerca de las consecuencias del ataque con cuchillo en Aschaffenburg para la política migratoria.
El domingo por la noche, Scholz estableció el vínculo entre Auschwitz y el debate sobre el asilo: «Recordamos los 80 años de Auschwitz, la liberación del campo de concentración», dijo. «Y a causa del fascismo, a causa de los nazis, el derecho fundamental al asilo está consagrado en nuestra Constitución». Quien quiera defender este derecho fundamental debe también hacer retroceder la inmigración irregular. «Y eso es lo que yo defiendo».
Un mensaje de vídeo del multimillonario estadounidense Elon Musk en el lanzamiento de la campaña electoral del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) causó revuelo antes del acto conmemorativo, en el que el hombre de confianza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticaba a Alemania por poner «demasiado foco en la culpa del pasado». El memorial del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén le criticó por ello.
El presidente alemán Steinmeier también hizo hoy en Auschwitz una referencia crítica a los dichos de Musk. Steinmeier, subrayó la responsabilidad permanente de Alemania por el Holocausto y rechazó cualquier relativización sobre el régimen nazi.
«(Lo ocurrido en Auschwitz-Birkenau y otros campos de concentración) forma parte de nuestra historia y, por tanto, también de nuestra identidad, que debemos asumir», declaró.
«No creo que el señor Musk esté esperando mi consejo. Pero mi convicción sigue siendo: la responsabilidad (por el pasado) no acaba en ningún punto», contestó a la pregunta de un periodista. Asimismo, recomendó a quien crea que se puede marcar dicho punto que «venga aquí ahora y busque el diálogo con los supervivientes».
La administración Trump no está especialmente bien representada en Auschwitz. Contrariamente a las expectativas iniciales, el vicepresidente J.D. Vance no asistió. En su lugar, la delegación estadounidense está encabezada por el enviado para Oriente Próximo, Steve Witkoff, y el secretario de Comercio designado, Howard Lutnick.Además del jefe de Estado polaco Andrzej Duda, el presidente francés Emmanuel Macron y el actual jefe de Gobierno canadiense Justin Trudeau, también han anunciado su asistencia el rey británico Carlos III y el rey español Felipe VI.
Sin embargo, hay un jefe de Estado que no es bienvenido: el presidente ruso, Vladímir Putin. Es la tercera vez consecutiva, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, que la conmemoración se celebra sin un representante ruso.
En el 60 aniversario de la liberación, en 2005, Putin siguió siendo un invitado muy destacado, también en lo que respecta al papel del ejército soviético, que liberó a los prisioneros en 1945.»Es el aniversario de la liberación. Conmemoramos a las víctimas, pero también celebramos la libertad», dijo el director del memorial, Piotr Cywinski, al explicar la exclusión de Rusia. «Es difícil imaginar la presencia de Rusia, que obviamente no entiende el valor de la libertad».
En relación con la guerra de Gaza, también hubo polémica en Polonia por la posible participación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. A finales de noviembre, la Corte Penal Internacional dictó una orden de detención contra él por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza.
A instancias del presidente Duda, el gobierno polaco aprobó una resolución en la que declaraba que Netanyahu no debía temer ser detenido si participaba en la conmemoración de Auschwitz. Sin embargo, Netanyahu no asistió. La delegación israelí quedó encabezada por el ministro de Educación, Joav Kisch.