El tema de los medicamentos continúa en Cuba como un muy serio problema aún sin solución porque ni materiales de curación hay en nuestros hospitales por no hablar de medicamentos y componentes necesarios para una intervención quirúrgica.
Recientemente, una vecina ya mayor de edad, me pidió le acompañase a un asilo de ancianos auspiciado por la iglesia católica sito en avenida primera y calle 12 en la barriada capitalina de Miramar. Desde Valencia, España, un sobrino le había enviado abundantes medicinas que ella optó por las necesarias y el resto donarlas a esa institución.
Y nada de fotos con la Madre Superiora. Quien nos recibió a las puertas del asilo tomó las dos bolsas de antibióticos, antidepresivos, relajantes musculares y otros medicamentos que pudiera necesitar un anciano y agradeció la entrega.
Enaltece el gesto de esa señora y su sobrino radicado en Valencia. Pertenecen a ese grupo de personas a las que el silencio es la mejor recompensa de su actuar.