Si se centra el foco en el lignito, que se utiliza en su gran mayoría para la producción de electricidad –un 93% para este fin según las estadísticas-, las cifras muestran que el descenso se ha ido acelerando año a año. Así, el consumo de lignito en la UE se estimó en 2020 en 246 millones de toneladas, es decir, un 64% menos que en 1990.
Eurostat pone de relieve que el 95% del consumo total de lignito en la UE corresponde a solo seis países: Alemania (44%), Polonia (19%), Chequia (12%), Bulgaria, Rumania y Grecia. En España todavía hace uso de este tipo de carbón, aunque con unas cifras muy lejanas: 105.000 toneladas.
Las cifras de producción y consumo de lignito son muy similares, ya que casi siempre se consume en los países productores, al tiempo que el comercio de lignito es muy escaso.