La decisión del regulador británico de no conceder permisos a la cadena pública rusa y otras medidas de «presión» percibidas por Moscú estarían detrás de esta decisión, que afecta a la continuidad del trabajo de la corresponsal Sarah Rainsford.
La BBC no se ha pronunciado sobre este tema, aunque la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, asegura que se ha explicado a la cadena «en detalle» los motivos del veto. Zajarova ha denunciado en Telegram un «abuso de visados» por parte de Londres, así como «persecución de periodistas rusos».
Rainsford, una de las dos corresponsales de la BBC en Moscú, deberá abandonar Rusia antes de que acabe el mes, lo que supone ‘de facto’ la primera expulsión de un periodista británico en una década. Recientemente, había preguntado al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, sí seguía siendo el líder legítimo de su país.