Ignacio González está haciendo todo lo posible para salir de prisión. Su último intento fue reclamar un arresto domiciliario ante la imposibilidad de fuga -algo que ya pidió al poco de ingresar en Soto del Real alegando que pronto se casaría su hija-, pero su argumento más notable fue el de salir de la cárcel ante el “agravio físico y psicológico” que está sufriendo dentro. Unas peticiones que para la Fiscalía Anticorrupción son “erráticas y extravagantes”.
“Como a cualquier justiciable, el ingreso en prisión puede ocasionar pesadumbre o deterioro personal. Eso es una cosa y otra muy distinta es lo que señala el recurso al expresar que ‘la prisión incondicional lesiona los derechos a la salud y a la integridad moral’”, ha reprochado el fiscal Anticorrupción Carlos Yáñez. De esta manera, ha considerado la decisión de la Audiencia Nacional de mantenerle en prisión como plenamente motivada.
Es más, Yáñez, según ha recogido Europa Press, ha recordado al abogado de González -que recurrió ante la Sala el auto del juez Manuel García Castellón para pedir la revisión de la medida de prisión por “incongruencia omisiva”-, que el magistrado ya ha dado “respuesta clara”. “Una vez que el juez motiva su decisión de mantener la medida de prisión, no tiene que dar respuesta a otras peticiones alternativas”, ha incidido.
En cuanto a las medidas alternativas que proponía la defensa de González como cambiar la prisión provisional por arresto domiciliario o la intervención de sus comunicaciones telefónicas, el fiscal Anticorrupción también ha rechazado esta medida. De hecho, Yáñez ha aseverado que es “cuanto menos llamativo” que se plantee la opción de pinchar el teléfono de González cuando es una “petición tan inútil como ilegal”.
Respecto al arresto domiciliario, el fiscal ha apuntado que esta medida se adopta por “razón de enfermedad” o en caso de que la prisión suponga “grave peligro para la salud”. Una posibilidad que no se da con el expresidente de la Comunidad de Madrid, que, según Yáñez, se encuentra “en perfectas condiciones de salud”.
Por todo ello, el fiscal Anticorrupción ha destacado que entiende que a González, “como a cualquier recluso, no le gusta estar en prisión” y esta circunstancia le causa “un estado anímico de cierta depresión”, pero no ve razones suficientes para su excarcelación. “Al menos no se ha aportado ni un solo documento que acredite que Ignacio González padezca enfermedad alguna”, ha apostillado.
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