Mercado bien surtido al que se puede acceder mediante tarjeta MLC (Moneda Libremente Convertible), precisaba de una fila para entrar en orden al local. Si así estaba repleto de gentes, eran las opciones de compra esa mañana. Entre ellas, unas hamburguesas paraguayas de carne vacuna a módico precio, buena calidad y gran demanda. Cuatro de 75g por un euro aproximadamente.
Pero he aquí que, a falta de las socorridas bolsas blancas o “jabitas”, la gerencia del establecimiento no tuvo otra opción que acudir a las que entregan en el Duty Free del aeropuerto internacional capitalino. En inglés y español la advertencia aeroportuaria de “do not open”-no abrir hasta el destino final.
Se imponía el choteo y le comento a la cajera:
-Si es que parece que ya vamos a abordar un avión allá afuera para darnos una vueltecita por el mundo.
La mulata, como impactada por un rayo, replicó al instante:
-Ojalá, mi’jo, que ahora mismo cierro esto y nos vamos ya.
Reída la broma, le doy la espalda, pero siento que me llama.
-¿Pero regresamos, verdad?
-Claro -le sostengo- Es sólo un paseo de ida y vuelta.