De momento, dada la crisis que casi ni medicamentos se pueden importar por falta de moneda fuerte y bloqueo gringo incluido, la ausencia de artilugios con motivos navideños brillan por su ausencia en los centros comerciales gubernamentales lo que ha obligado en las casas a echar mano de arbolitos, guirnaldas, adornos e incluso los llamados ”nacimientos” o belenes de otras épocas remotas que alguien en la familia ha tenido a bien conservar año tras año a pesar del mal estado del pesebre con un bracito de menos en el niño Jesús.
Por ver en estos días qué hará el sector privado, con capacidad y posibilidades que no tienen ahora mismo el gobierno y sus empresas estatales, y que al día de hoy se centran básicamente en temas de alimentación y bebidas de cualquier tipo no así en los restaurantes donde hasta podrían aparecer el mismísimo Papá Noel o nuestros tres Reyes Magos con la carta menú repleta de selectivos precios.
Y “así las cosas”, como solía despedirse un colega ya fallecido, Fritz Suárez Silva, en la capital comienzan a llegar moderadas brisas navideñas cuando faltan horas para entrar en diciembre en que serán más visibles dentro y fuera del hogar a partir de la visita de parientes y amistades desde el exterior que traerán los tradicionales gorros cónicos rojos y comestibles sellados al vacío. Sólo una aerolínea, American Airlines, ha dicho que desde Miami serán 80 vuelos semanales que, si fuera preciso, aumentarían.
Navidades en las buenas y en las malas. Así de sencillo.