“Victor Ambros y Gary Ruvkun se interesaron por el modo en que se desarrollan los distintos tipos de células. Descubrieron el microARN, una nueva clase de moléculas de ARN diminutas que desempeñan un papel crucial en la regulación genética”, señala el citado Instituto en una nota.
“Su descubrimiento revolucionario reveló un principio completamente nuevo de regulación genética que resultó ser esencial para los organismos multicelulares, incluidos los humanos”. Según se remarca, “ahora se sabe que el genoma humano codifica más de mil microARN”.
Para esta institución, “su sorprendente descubrimiento reveló una dimensión completamente nueva de la regulación genética” y “los microARN están demostrando ser fundamentalmente importantes para el desarrollo y el funcionamiento de los organismos”.