El juez se ha negado a archivar el ‘caso Couso’, tal y como era de preveer. Pero es que preveer no es una de las prácticas más extendidas en este Gobierno. Ya han empezado los problemas para el PP en el asunto de la limitación de la justicia universal. El juez Santiago Pedraz –al que algunos cargos populares tildaron no hace mucho de ser un “pijo ácrata”- ha dicho que se niega a archivar el ‘caso Couso’, que estudia la muerte del cámara José Couso, acontecida durante la última guerra de Irak.
Mi jefe dice que esto era de esperar porque es lo que tiene legislar a medida de unos pocos. También opina que Pedraz, al margen de las riñas personales que pudiera tener con los populares, tiene razón: Couso era un ciudadano español que fue asesinado en el extranjero durante el ejercicio de su profesión. Y el caso debe ser investigado y, en última instancia, aclarado.
En cualquier caso, no es la previsión la principal característica del Gobierno de Mariano Rajoy, y por tanto tampoco resulta sorprendente ver cómo crecen los disidentes a sus medidas o reformas.
