Rajoy diseña una reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual a la medida de los intereses electorales de su partido. A finales del pasado mes de febrero, Juan de Dios Ruano, portavoz de Cultura del Grupo Popular en el Parlamento intervino en unas jornadas en la Universidad Complutense de Madrid. A diferencia de algunos de sus compañeros de partido, como el ministro José Ignacio Wert, Ruano no tuvo miedo de dar la cara ante una audiencia que podía resultarle hostil y dio la cara. Por eso acudió a ese acto, a pesar de que lo organizaba la Asociación de Compositores y Autores de Música (Acam), un colectivo que ha manifestado su oposición a las políticas adoptadas por el PP en el campo de la propiedad intelectual y los derechos de autor.
Ruano fue sincero, aparentemente y explicó que la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual que el Gobierno de Mariano Rajoy acaba de presentar en el Congreso, en caso de aprobarse no va a durar ni siquiera una legislatura entera. Tal vez no llegue a estar vigente un año. Según el, el nuevo Parlamento Europeo que salga de las elecciones de mayo va a armonizar las distintas leyes que existen en la UE sobre este particular y cuando este trabajo este hecho, los distintos países tendrán que adaptar su legislación a las exigencias marcadas por Europa.
Y entonces, ¿por qué no esperar a conocer las directrices europeas y luego hacer un texto definitivo? Al parecer, los legisladores del PP creen que hay algunas cuestiones urgentes que abordar y que era necesario, en consecuencia, realizar una reforma puente. Hasta ahí nada que objetar.
El problema llega cuando Ruano define los cuatro puntos que, según su partido, era necesario abordar sin demora. El primero es el aumento de la transparencia y la mejora de la supervisión de las sociedades de gestión. Una necesidad perentoria que el parlamentario popular justifica como consecuencia de «la alarma social provocada por los escándalos».
Aquí toca recordar que aún no sabemos exactamente, a qué escándalos se hace referencia. Entre otras cosas, porque el juez Pablo Ruz no ha terminado la instrucción del ‘caso Saga’, que hace dos años ya provocó la salida de Teddy Bautista de la SGAE ni ha demostrado, ningún delito, por ahora.
Pero, en cualquier caso, resulta muy dudoso que a los ciudadanos de un país que lleva varios años soportando tasas de paro superiores al 20%, cuya fuerza laboral está siendo despojada de sus derechos históricos, y al que se le promete la creación de empleos precarios como la fórmula para salir de la crisis, los posibles delitos cometidos en una sociedad de gestión de derechos de autor puedan resultarle un tema prioritario que el parlamento debe abordar cuanto antes.
En su discurso, sin embargo, Ruano deslizó un dato que quizá sea mucho más revelador de los auténticos motivos por los que su partido se ha decidido a ‘parchear’ por enésima vez, la legislación española sobre la Propiedad Intelectual. El ‘estima’ que la famosa tasa Google permitirá a los medios de comunicación aumentar sus ingresos en unos 60 millones de euros al año.
Ya que esa es la cantidad, millón más millón menos, que se recauda en Francia por el mismo concepto. Es decir, que justo en este momento, cuando el partido se hunde en las encuestas, se opta por poner el caramelo en la boca de las empresas de medios de comunicación, sumergidas, en general, en gravísimas crisis, en forma de posibles ingresos futuros que, en cualquier caso, podrán cobrar o no, según las decisiones que se tomen en Bruselas sobre el particular.
A pesar de ello, coincidimos con Ruano en que el sector Cultural español tiene unos cuantos problemas urgentes sobre los que sería necesario que el Parlamento legislara sin demoras. Muchos de ellos, por cierto, han sido provocados en los últimos dos años por las políticas adoptadas por el PP.
Baste recordar la subida del IVA, situado ahora en el 21%, como ejemplo y paradigma de ese ataque constante y sostenido que este partido ha mantenido sobre un sector, responsable del 4% del PIB español desde que ganó las últimas elecciones. Y eso no sólo lo piensan los de la ‘Zeja’ esos colectivos que apoyaron a José Luis Rodríguez Zapatero y a los que tanto parecen odiar los políticos y algunos simpatizantes del PP.
Ya lo han reconocido artistas como la cantante Russian Red, que se definió como de ‘derechas’ en una entrevista radiofónica y rojos tan peligrosos como el presidente de Extremadura José Antonio Monago.
Pero esa actitud, que comparten muchos ciudadanos de ideología conservadora, no parece tener muchos seguidores en el actual Gobierno, que sigue con su política de desprecio constante hacia la Cultura. Baste recordar, de nuevo, las espantadas del ministro del ramo de las que hablábamos antes, ausente en la última gala de los Goya e invisible en el entierro de Paco de Lucía.
Lo bueno, es que mientras las grandes obras de los creadores españoles son eternas, al Gobierno de Rajoy le quedan sólo un par de años, probablemente. Toca resistir y no desesperarse.
Acceda a la versión completa del contenido
La Cultura resiste el ataque del PP
De momento, la Berlinale desveló el jueves un secreto muy esperado: la estrella de Hollywood…
La víspera, las tres naciones bálticas desconectaron sus sistemas eléctricos de la red BRELL, que…
Así se desprende del proyecto sometido a audiencia e información pública sobre los modelos de…
Solamente en el mes de diciembre, el volumen de nuevas hipotecas concedidas fue de 6.877…
Además, la gala fue vista algún momento por más de 6,5 millones de espectadores únicos,…
En concreto, las ventas del fabricante estadounidense cayeron en enero en Alemania un 59,5% respecto…