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A CARA DESCUBIERTA

También en España hay mujeres con burka, que conste que yo no he visto ninguna por la calle, pero las hay por lo menos cuando tienen que afrontar el trance de comparecer ante un tribunal de Justicia. El otro día el juez Gómez Bermúdez tuvo que plantarle cara a una islamista que, protegida bajo un hermético burka, se negó a mostrar su rostro para declarar, como es preceptivo, a cara descubierta Y ha hecho muy bien, en mi modesta opinión. ¿Qué coño es eso de que una persona pueda tirar de razones religiosas, como alegó la ocupante del burka, para burlar a los jueces que lógicamente necesitaban identificarla y observar sus reacciones? Estaría bueno que el ejemplo cundiese y los terroristas etarras pretendan responder de sus fechorías tras un pasamontañas. La Ley tiene que ser igual para todos, sean cuales sean sus creencias o ideas, y quien no esté de acuerdo que se aguante o que se vaya a un país donde esos tabúes les sean admitidos. La islamista que se negó a declarar a cara descubierta comparecía como testigo en su condición de hermana de un sujeto, de nombre Hassan Hussini, que se suicidó en Irak con un coche bomba dejando un saldo de víctimas muy considerable. La testigo, hasta donde se sabe, no suele andar por la calle con burka tropezando con los bolardos de las aceras, lo cual lleva a concluir que en su comparecencia en la Audiencia echó mano de un subterfugio religioso, respetable sólo hasta donde permitan las normas civiles y democráticas de convivencia que tenemos, pero inadmisible ante nuestras leyes y costumbres. Lo más sorprendente es que haya surgido por ahí alguna persona de feminismo contradictorio que harta de criticar la aberración que supone el uso del burka entre las mujeres ahora critiquen que aquí, donde esa costumbre nos resulta tan lejana como abominable, los jueces impidan que una testigo lo lleve en su comparecencia. El juez estuvo cortés y correcto con la interesada, según ella misma, actitud tan elemental como la firmeza con que actuó ante su pretensión de declarar con la cara tapada