A mi jefe no le cuadra la campaña militar que Obama, Hollande y otros cuántos quieren realizar en Siria y asegura que en realidad nadie ha explicado los motivos exactos por los que debería iniciarse una guerra que más le parece a él una especie de ‘continuación’ de aquel ataque de Bush a Irak que tampoco entendió, ni explicó nadie. Aunque admite que, a lo mejor lo que pasa, es que la explicación está ahí pero él no la ha leído.
Lo que tampoco ha leído en ninguna parte es si este ‘ruido de tanques’ tiene relación, o no tiene, con la ‘burbuja’ inmobiliaria de Israel. Un país que, en una suerte de repetición de lo ocurrido en España, por ejemplo, ha visto crecer la corrupción al mismo ritmo que se elevaban los precios de la vivienda.
Y en el que, por consiguiente, o poco menos, hay montones de políticos, algunos en los entornos del propio Gobierno, metidos hasta el cuello en refriegas de esas que tan bien conocemos por aquí y a los que un poco de fervor patriótico, lo mismo no les viene nada mal por aquel truco tan viejo, y eficaz por otra parte, de las cortinas de humo.
Aunque no fuera así, Israel, se juega algo en este asunto, en opinión de mi jefe. Pero es algo que no tiene que ver con la estabilidad de la zona ni los equilibrios geopolíticos mundiales. En realidad, se juega el agua, un elemento vital.
En una zona en la que los científicos han certificado que la actual escasez de agua dulce continuará en la próxima década el control de la Cuenca del Eufrates y el Tigris, dos grandes ríos que pasan por Siria puede ser vital.
Lo malo es que no se sabe bien a quien apoyar en un conflicto que enfrenta a un régimen dictatorial y cuestionable con una oposición nutrida por los fundamentalistas islámicos radicales.
Y llegados a este punto, mi jefe dice que quizá convenga recordar lo buena que era la primavera árabe de hace un par de años sobre la que alguien dijo que “habían abierto la botella del genio y lo malo iba a ser volver a meterlo”. Y las pruebas de la sabiduría de este analista pueden recogerse ahora a lo largo y ancho de toda la zona.