San Isidro nublado

Opinión

San Isidro nublado

Hacia tiempo que no se recordaba en Madrid un cielo tan encapotado en mitad de mayo que es el mes propicio para dejarse querer por el sol de mediodía. No está el día para terrazas por la que pueda caer. Tampoco se recordaba en Madrid un ayuntamiento tan cuestionado al que todavía le quedan dos años de arrastrar mandato, y después de mucho analizar parece que la pieza que quiere cambiar el PP es Ana Botella antes de que UpyD, y sobre todo Izquierda Unida le amargue el dulce capitalino. No sería necesario que la actual alcaldesa fuera llamada a capítulo en una cita extraordinaria del partido porque el PP designa desde Génova a los alcaldes de las ciudades de mas de cincuenta mil habitantes, por lo tanto no tendría que ser la temida mano de Esperanza Aguirre si no una decisión de “Rajoy & Cospedal” Ltd. Por supuesto bien aconsejado por Aguirre a la que puede que teman pero les hace falta porque sin ella saben que Madrid es muy distinto.

En la pelea municipal hay una candidata que aparece muy bien colocada a su pesar, la actual Delegada del Gobierno. Cristina Cifuentes sería una buena candidata al despacho de Cibeles porque conoce bien las tripas del PP madrileño. Su carrera es inversamente proporcional a la de Ana Botella, Cifuentes partió desde las bases y llegó al cargo, conoce muy bien las sedes de su partido en la región y tiene unos cuantos trienios de servicio público. Botella, en cambio, se rebota cuando se le recuerda que fue puesta por el dedo de Dios y que la vara de mando le queda grande, muy grande desde los trágicos sucesos del Madrid Arena. Botella no es ajena a su imagen y aunque las encuestas son solo divertimentos en papel sabe que está cuestionada. Desde que llegó el PP no deja de bajar en intención de voto.

Hasta el 2015 no toca congreso del PP en Madrid y por lo tanto no hay cambio en la presidencia que sigue ejerciendo Aguirre. Si ella está al frente de las decisiones que se toman en la primera planta de Génova entonces Ignacio González repetirá como candidato pero Ana Botella no lo tendría tan claro. Desavenencias pasadas y carantoñas posteriores no ocultan que a Esperanza Aguirre no se le ha olvidado que Ana Botella quiso sucederle sin pedir permiso, como si el poder viniera además del dedo de Dios de su gracia genética. El partido en Madrid es Esperanza Aguirre y todo aquel que no lo ha entendido se quedó fuera: Granados, Cobo, Lamela, y otros etecés entre los que se incluyen tres ex diputados regionales y un alcalde implicados en la Gurtel.

Botella tenía preparado su acto lustroso del día, la entrega de las Medallas de Madrid en su flamante patio acristalado, pero el día se le ha torcido con unas tormentas que comenzaron ayer por la tarde y que se han convertido en nubes gordas y frío. Un San Isidro para olvidar en lo meteorológico y ya veremos también si en lo demoscópico. De momento tiene pocas alegrías en el horizonte y así se gobierna a contrapelo, como si todas las fiestas estuvieran llenas de charcos.

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