Ya lo sabemos desde antiguo, lo dicen los clásicos contemporáneos, del Fondo Monetario Internacional (FMI para más precisión) líbrenos Dios y protéjannos todos los santos de la Corte Celestial. Donde toca, el problema social está garantizado por algo dicen los iconoclastas del sistema que es el enemigo de los pobres y el mejor apoyo que tienen para seguirlo siendo. No sé, para mí que el FMI es más que otra cosa un galimatías en el que sesudos economistas dictaminan sentencias más que nada contradictorias y, eso sí, cabreantes hasta decir basta.
A tan conspicuos funcionarios les encanta estar a bien con los grandes del poder económico y financiero y expresan opiniones y pronósticos desde las pantallas de sus ordenadores para que los demás podamos temblar sin necesidad de escuchar a Montoro desde el Congreso. El otro día sin remontarnos más atrás lanzaron conclusiones alarmantes sobre la situación en España, como hacen siempre, y seguramente en esta ocasión su diagnóstico no carezca de razón. Las previsiones que nos hace el Gobierno de Rajoy no son buenas; están infladas.
Las del FMI, en cambio, son peores, más bien catastróficas quiero decir. Seguiremos empeorando hasta vaya usted a saber cuando, pasará este año trece de malos augurios y entraremos en el catorce que por desgracia no va a ser mejor… en fin, lo ya sabido por algunos y sospechado por todos. Pero lo más sorprendente de las previsiones del Fondo, cuyos responsables disfrutan amargándonos los desayunos, son las recetas con que las acompañas. Habrá que seguir haciendo recortes, qué digo seguir haciendo, ¡hay que hacer más recortes hasta que la gente se desmaye por las calles con los estómagos vacíos!
Es maravilloso, ¿y para eso han hecho master en Harvard semejantes eminencias? Las cosas están mal, lo cual resulta evidente hasta para doña Dolores de La Mancha, y lo que nos recomiendan, mejor diríamos tratan de imponernos, es que sigamos por la senda de austeridad que nos ha llevado a la situación angustiosa en que nos encontramos. Es decir, que al que ya no puede tomar ni caldo, más tazas llenas de agua del grifo para que no se deshidrate, sin cloro por favor, porque quienes ni beben whisky deben ahorrar.