Es una cuestión de política

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Es una cuestión de política

Con el paso del tiempo y los efectos devastadores de la crisis, algunos velos, entre ellos muchos de los que estaban colocados más cuidadosamente, van deteriorándose y permitiendo que se pueda ver lo que se ocultaba detrás. Y uno de los casos más evidentes de este singular proceso es el que afecta a la fiscalidad que soportan las grandes empresas y los más privilegiados.

Hace un tiempo, los ciudadanos se vieron bombardeados insistentemente  desde los medios de comunicación con informaciones que aireaban que en Irlanda, el tipo medio del impuesto de sociedades era del 12%, lo que constituía el elemento determinante de su atractivo para los inversores internacionales.

Y se decía que esto era así, sobre todo para las grandes corporaciones. 

Pues bien, en la medida que la crisis ha ido deteriorando esos velos de los que hablábamos al principio, los ciudadanos han podido ver como las grandes empresas de este país han pagado por término medio unos impuestos sobre sus beneficios situados entre el 7% y el 10% y no parece que el porcentaje vaya a ser aumentado ahora como contribución solidaria.

Esta semana también hemos sabido que las 'sicavs', esa particular especie de sociedades de inversión utilizadas sobre todo por las grandes fortunas, van a mantener su tipo de tributación en el 1%. Una cantidad, como se ve, excepcionalmente favorable. Y el Gobierno argumenta su decisión en este caso, explicando que se trata de capitales que saldrían de España en caso de que se aumentará la cifra.

El razonamiento suena un poco absurdo a estas alturas, cuando el que más y el que menos saben ya que con un poco de rigor que se aplicase en las inspecciones fiscales a los propietarios de esas 'sicavs' quizá no les quedará mucho dinero para invertir en el exterior. De modo que resulta casi obvio pensar que hay otros motivos detrás de esta determinación.

Y así es. En realidad se trata de un planteamiento ideológicos. Lo mismo que la firme decisión de los responsables de la Comunidad de Madrid de no reactivar en estos momentos difíciles, los impuestos de patrimonio y sucesiones que eliminaron y con cuya recaudación se podría pagar la factura sanitaria.

Estos apuntes, pretenden poca cosa más que poner de manifiesto las diferentes opciones políticas que existen y su visión concreta sobre determinados temas. Con el único propósito de que los ciudadanos lo tengan claro a la hora de votar por unos u otros.

Aunque, por supuestos, no deberíamos olvidarnos tampoco de que el PSOE, cuando estuvo en el Gobierno, también mantuvo el bajísimo tipo impositivo de las ‘sicavs’. Eso sí. En aquellos momentos, la coyuntura económica era más favorable y el Estado no tenía la necesidad imperiosa de conseguir ingresos que tiene ahora.

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