Protestas en el Metro, en la EMT, en la Sanidad y en Telemadrid. Ignacio González tiene que estar cobrando, de una forma u otra, algo realmente valioso para estar aguantando donde está aguantando. Y le hemos pedido a mi jefe que diga un precio. Mi jefe, sin embargo, no se ha mojado. Pero considera que, efectivamente, es una buena pregunta. Una buena pregunta que se debe estar preguntando Ignacio González ahora mismo. Él también, sí.
El veterano nos ha comentado que el tipo parece ser el más indicado para figurar como uno de los primeros en salir en procesión sobre un asno por las calles de Madrid, camino del fuego purificador y santo de la Inquisición, en este caso ciudadana. Y a la cual no le faltan motivos para abrazar un mosqueo sustancial y sólido, fruto de la política de recortes y de austeridad que este caballero ha ido pasando.
En cualquier caso, la pregunta del pago que Ignacio González se está llevando por estar ahí tendría que estar realmente dirigida a Esperanza Aguirre. Ella fue la que se marchó de un día para otro, a sabiendas de la que se avecinaba. Y ella eligió al hombre que ocuparía su lugar. Ella, y no otra persona, tiene que saber los motivos de que a Ignacio González se le haya puesto cara de pararrayos.
