No ha estado mal comprobar que desde el blog Zero Hedge, punto de reunión cibernético de especuladores varios y variados, han hecho una broma en relación al multazo que le va a caer a UBS en EEUU esta semana. «Shareholders pay and no one goes to jail». En otras palabras, que aquí cae la multa, nadie pisa la trena y todos tan contentos salvo los accionistas del banco en cuestión, que serían los verdaderos perjudicados del negocio.
Preguntado por el paralelismo entre esta denuncia y la que realizan colectivos ciudadanos en Europa y EEUU -cuando aseguran que los banqueros que estafan y choricean se van de rositas mientras la población asume sus desmanes-, mi jefe ha querido establecer una diferencia fundamental: «Un accionista no es un ciudadano, aunque un ciudadano sí puede ser accionista». Aclarado el concepto, prosigue.
Para el veterano periodista que me aguanta las brasas la cuestión es sencilla: los de Zero Hedge están diciendo algo evidente. Sin embargo, hay que andarse con cuidado, pues esta denuncia social en la red no tiene otro motivo que esconder la rabia por no haber sido capaces de hacer, ellos, lo mismo. Y ha terminado con una recomendación. Visionar la película «Los tramposos», protagonizada por Tony Leblanc, para entender un poco de qué va todo este percal.