Poligamia en la escuela

Opinión

Poligamia en la escuela

Hay sauditas especialmente aplicados y amantes de la pedagogía. Estos días hemos sabido de uno, cuyo nombre no ha sido revelado porque los sauditas ya se sabe que son muy mirados para esas cosas, que se ha agenciado a sus cuatro esposas… en el mismo colegio. Seguramente le estaba yendo bien con la primera, supervisora de enseñanza en la comarca porque a la hora de buscar nuevas compañeras de cama no quiso meterse en dibujos ni correr aventuras de resultados inciertos, los castizos dirán que prefirió lo bueno conocido a lo mejor por conocer, y centró todas sus capacidades amatorias y de negociación del trato con los padres en la escuela del pueblo.

Cumplidos sus cincuenta añitos, edad muy proclive para aumentar un harén tan despoblado como el suyo, el buen hombre – nada hace pensar que sea mala persona al margen de su condición polígama — desposó a la directora del centro y poco después a una de las profesoras, al parecer de las más agraciadas bajo su velo. Finalmente, como se ve que le cogió afición a la cosa, ahora acaba de cerrar el círculo académico con una alumna, muy jovencita, casi una niña, poro ya se sabe que la piel joven tiene su aquel. De momento no parece que la convivencia en la casa entre las cuatro se vea alterada por la disciplina escolar que rige en las aulas y despachos todas las esposas comparten.

Aquí, en España, donde somos más raros que un perro verde, un comportamiento de esta naturaleza lo veríamos extraño y no pararía de ser objeto de comentarios, para unos críticos, para otros escandalosos, para otros sarcásticos. Hasta los miembros de la familia podrían ganarse dinerito extra acudiendo a programas cutres de la tele. Pero en Arabia Saudita, y más en un poblachón perdido en el desierto, esas cosas son normales y la atracción del protagonista por el sector de la enseñanza, uno de los pocos que las mujeres tienen abierto por aquellos pagos, seguramente es contemplado con simpatía. El hombre ya no puede aspirar a más esposa, pero queda por ver si el cupo de concubinas que aún tiene abierto también intentará completarlo en la escuela local. Tener cada noche para elegir entre todo el escalafón académico parece que debe de provocar mucho morbo.

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