Las cuotas participativas, hermanas pobres de las preferentes

Cuentos que cuentan

Las cuotas participativas, hermanas pobres de las preferentes

A diferencia del escándalo mediático surgido por las participaciones preferentes de los bancos nacionalizados de las cajas, cada vez tienen menos eco en los medios las casi 50.000 personas que en su día acudieron a la salida a Bolsa de las cuotas participativas de la CAM. No obstante, cada poco tiempo la Plataforma CAM, que agrupa a parte de estos afectados, continúa realizando concentraciones periódicas frente a la sede de la entidad alicantina en Alicante. La próxima está prevista para el mediodía de este jueves, cuatro de octubre.

Los cuotapartícipes, la mayoría clientes, atrapados en las cuotas, siguen sin tener ninguna protección ante las pérdidas de su inversión. El Sabadell se ha lavado las manos en el asunto ya que el proceso de compra de Banco CAM no incluyó estos títulos, aunque se ha mostrado dispuesto a buscar soluciones caso por caso a los clientes que acudan a sus ventanillas.

Según el folleto de emisión de las cuotas participativas enviado hace casi cuatro años a la CNMV, los cuotapartícipes sólo tenían derechos económicos que, en puridad, se limitaban al cobro de un dividendo que ha dejado de existir, y a la rentabilidad obtenida por la compraventa de los títulos.

El 23 de julio de 2008 la CAM sacó al mercado sus cuotas participativas. En total, colocó 50 millones de títulos a un precio de 5,84 euros. Lehman Brothers, que quebró sólo dos meses después, fue el banco colocador de la emisión. Un 65,5% de las cuotas (32,7 millones) se colocaron entre minoritarios, que tenían que realizar una inversión mínima de 3.000 euros. La CAM colocó otro 31% de los títulos (15,5 millones), entre inversores cualificados. 1,75 millones de cuotas se destinaron a empleados de la entidad.

La CAM fue la única entidad que se atrevió con estas cuotas participativas. Aunque otras cajas estudiaron seguir su ejemplo, el estallido de la crisis con la quiebra de Lehman, que cerró a cal y canto todos los mercados de capitales, les hizo echarse atrás.

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