Las macrosubastas del Banco Central Europeo (BCE) suponen uno de los temas estrella esta semana. ¿Por qué? Pues porque se celebra una pasado mañana, simple y llanamente. Las perspectivas dicen que los bancos se llevarán otro medio billón de euros pagando un 1% de interés a tres años. Vamos, una ganga fina. Como ya sucedió en diciembre.
Las voces de mi jefe se han escuchado desde Cuba. Vamos, que nos podíamos haber comunicado a grito pelado y sin necesidad de teléfono. Estaba indignado el hombre. Indignado con el hecho de que existan semejantes inyecciones de dinero público para tapar agujeros provocados por las operaciones con derivados y otras averías gestionadas en el seno de los bancos privados.
Además, el que me paga pone en duda que esto sea realmente un crédito. Al ser a tres años le permite a estas entidades dejarse llevar por la avaricia y comenzar a realizar carry trade de ése. Vamos, que tienen tres años para que, con ese dinero, intenten hacer aún más dinero en operaciones cortoplacistas que superen el interés que ellos tienen que pagarle al BCE. Y al cabo de ese tiempo, haber registrado beneficios.
Todo un negociazo.