«Don Francisco Bueno Mártir»

En la diana

«Don Francisco Bueno Mártir»

Hoy ya puedo dormir tranquilo, mi Paquito Camps por fin ha sido absuelto. Tras meses sin conciliar el sueño, dando vueltas y vueltas en mi solitaria cama, cuando la ansiedad me había hecho suyo, la Justicia ha dictado eso: ¡Justicia! Don Francisco Enrique Camps y su discípulo Don Ricardo Costa han sido declarados NO CULPABLES.

He de reconocer que este hecho me devuelve, en parte, la credibilidad y la confianza en nuestro sistema judicial; Como muestra del sufrimiento que llevo al hombro, les remito una carta que en su día dirigí al ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y que él evidentemente ni recibió, ni leyó, ni como es obvio contestó. Pero insisto en que yo se la envié porque no pude contener tanta rabia. Hoy por fin, el genial político valenciano está un poquito más cerca de lo que yo rogaba en aquella misiva:

Madrid (Hoy más próximo a Valencia que nunca), a 20 de Julio de 2011.

¡Que injusticia, que desatino, que atropello que componenda!

Por el amor de Dios, como es posible que un hombre honrado y cabal cual Don Francisco Camps, haya tenido que renunciar a su cargo por amor a España.

En mi opinión, este inocente ha de ser elevado a la condición de Santo. Ni la matanza de Herodes fue tan cruel como la persecución a la que se ha visto sometido este héroe nacional.
Yo propondría canonizarlo ya, sin esperar a que Dios lo alce a los cielos.

Este señor es un caballero, un galán de la política, un hidalgo de la libertad.
Con la capacidad que tiene para amar y ser amado, con lo que él quiere al «Bigotes» (pareja de Fraga en la boda de Ana Aznar). Eso es AMOR a un partido… ¡Que nobleza, que compromiso!

Para mi que detrás de todo esto, se encuentra el Espíritu de Azaña…
Otra opción que barajo es la de una conspiración judeo-masónica que pretende hundir a España. (Si ya lo decía mi Caudillo)…

¡De verdad que esto es terrible!

Estamos ante un hecho que atenta contra las leyes democráticas, contra la dignidad del ser humano, contra la justicia social; Aquí ha de haber alguna mano negra que está tejiendo el destino de este ilustre señor, y que pretende hundirle. ¿Cómo va a demostrar que ha pagado tres miserables trajes de miles de euros a un burdo sastre? Esas facturas, como el ticket del bar uno las tira al salir por la puerta.

Hay quien tilda a Paco de ser un pájaro; Nada más lejos de la realidad, él que tiene un aspecto y una expresión craneal y facial tan alejados de los de un cuervo.
Esa ingenuidad en sus ojos, que sólo posee el que se sabe inocente, me genera ternura.
Pero más que el sufrimiento de Don Paco, me desgarra el de doña Rita, esa mujer de impoluto porte, esbelta, bella, honesta, leal, abstemia.

¡De veras, cuanto, dolor!

José (LOTA) M. de Mingo.

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