Ropa usada

Los ropavejeros valencianos van a tener oportunidades extra. Dentro de unos días, dos altos ex dirigentes de la Generalitat, el vicepresidente Víctor Campos y el jefe del Gabinete Rafael Betoret, tendrán que devolver los trajes que recibieron del ínclito Francisco Correa, capitoste de la trama Gurtel, a modo y manera de sobornos o, si se prefiere, para ser más suave, de ganarse sus simpatías a la hora de conseguir contratos.

Todavía no han sido anunciadas las sentencias de los máximos responsables, el hasta hace poco presidente Francisco Camps y el líder del partido Ricardo Costa, pero no parece que, visto lo visto en la condena de Campos y Betoret, vayan a correr mejor suerte. Además de tener que reponer el vestuario, ahora con cargo a su bolsillo, todos van a tener que pagar una sustanciosa multa, cuyo importe le vendrá muy bien a la depauperada hacienda pública, y cumplir una temporada de cárcel, que por no rebasar los dos años no les obligará a ingresar en una celda.

Hora iba siendo, desde luego, que algunos de tantos corruptos desde el ejercicio del poder como pululan por ahí empiecen a recibir su merecido a ver si sirve de escarmiento para todos sus congéneres. Además, que el mercado de segunda mano se enriquezca con nuevas remesas de ropa usada será positivo para quienes no tienen quien les regale los trajes, que somos la inmensa mayor parte de los españoles, y de quienes su precaria situación económica, que también son numerosos, les impide comprarlos nuevos. Ignoro cual será el estado de uso y desgaste de las prendas en litigio. Para algunos recalcitrantes de la causa seguro que considerarán un honor ataviarse con el cuerpo del delito por muy sudoroso que se encuentre o, como mínimo, adquirirlas como objeto de colección. De cualquier manera, bueno será que lo público se resarza algo de los daños que le han causado los chanchullos gurtelianos del tal Correa.

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