La sal de los fideos

Opinión

La sal de los fideos

Hay que tener cuidado con lo que se escribe, mucho cuidado. Nos lo llevan diciendo desde que tenemos uso de ordenador y no solemos hacer caso. Así que cualquier día puede pasarnos lo mismo que le está pasando a Liu, una colega taiwanesa que va a tener que pasarse un mes en la cárcel si es que un juez superior no consigue evitarlo en el recurso que su abogado prepara. Y todo, pues por unos vulgares fideos que la mujer encontró salados y así lo reflejó en la crítica gastronómica que publica semanalmente en su blog.

El dueño del restaurante montó en cólera — cosa bastante habitual en los dueños de restaurantes y cocineros cuando los comentarios sobre sus platos no son favorables –, presentó la correspondiente denuncia y, ¡ala, el juez cortó por lo sano y la periodista, a prisión, con ladrones, asesinos y otras gentes de mal vivir. Y no sólo, además, a pasarse dos años en libertad condicional y a pagar una multa en moneda del país que traducida a euros ronda los cinco mil. Caros fideos le han salido a la mujer, además del porcentaje de aumento en la tensión arterial que el exceso de sal haya podido provocarle. Hay gobiernos, muchos además, a los que no les gusta que los medios hagan críticas que no sean constructivas, es decir, a favor, y legislan para que los osados periodistas no caigan en semejante tentación.

Y es que, se empieza diciendo que unos fideos estaban salados y se acaba revelando que el ministro de turno es un cantamañanas o aprovechó el cargo para poner en nómina a su novia. Así que la pobre Liu va a enterarse de lo que son unos fideos con demasiada sal. Mi modesta solidaridad. Si estuviese más a mano, hasta le enviaría un paquete de cigarrillos a la prisión. Y eso que soy de los que están en contra de que la gente fume.

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