Florentino, que todo lo sabe vender en fútbol todavía no ha ideado camisetas para despedidos. Seguro que los pantalones de Valdano con la marca de la patada en el culo de Florentino, (una manera de echarte como otra cualquiera), serían éxito de ventas en la tienda del Bernabéu. Para Florentino ha sido un sacrificio.
Somos así, cuándo se esperaban decisiones más transcendentales por parte del presidente del Gobierno, o que alguno de los socialistas derrotados presentara la dimisión, a quien echan es a Valdano. Traducido el despido de la Casa Blanca a la ejecutiva que se reúne mañana podría ser que ante los malos datos Zapatero expulsara a Blanco como responsable de la campaña que les ha bajado a segunda división. O a Rubalcaba que estaba en el palco.
A su manera Florentino le hace un favor a Zapatero porque desvía la atención hacia el fútbol que es el opio de todos los pueblos puesto que de una religión mayoritaria se trata.
Lo de Valdano tampoco es tan grave porque volverá al Madrid en un par de años, mientras tanto podrá ser comentarista de cualquier canal o participar en «Supervivientes» porque de estar entre fieras le da un punto a su favor que no tenía ni Paquirrín cuándo saltó del helicóptero. En cambio lo de Ferraz tiene mala pinta porque hay quién cuestiona el juego, la directiva y el estadio. Demasiada remodelación, y sacrificio, para asimilarla en apenas unos días de mayo.