¿Es Dios un defraudador?

Joan Puigcercós, que pontifica por ahí las maravillas descafeinadas de ERC, un partido que en las manos de sus actuales dirigentes se va quedando sin ideas ni proyectos, asegura que Madrid es un festival fiscal y en Andalucía no paga impuestos ni Dios. Ignoro cómo lo sabe porque hasta donde uno tiene información, los datos que almacena la Agencia Tributaria son secretos bastante bien guardados. Pero él, el tal Puigcercós, seguramente tiene información confidencial y, como se ve que su vocación pública es la de chivato, pretende usarla en beneficio de sus propuestas para evitar la debacle que espera a su organización en las inminentes elecciones catalanas. Es una pena que semejante denuncia no lo haya hecho hace unos días, cuando estuvo en Barcelona Benedicto XVI, porque una infracción semejante cometida por el propio Dios, su representante en la Tierra debe conocerla.

Aunque las revelaciones de Puigcercós son poco creíbles dada la naturaleza del personaje, yo creo que deberían ser investigadas y aclaradas de inmediato no vaya a cundir el ejemplo y dejemos todos de hacer la declaración de la renta. Por qué en Andalucía no paga impuestos ni Dios y en otras regiones, mismamente la mía, pagamos hasta los periodistas más modestos, es algo que conviene se sepa. ¿Acaso el Estado hace excepciones entre los vecinos de algunas provincias? ¿Es que tener la herencia maravillosa del flamenco libera de tributar? O, ¿será tal vez que los andaluces son más listos y defraudan a Hacienda más que los demás? La verdad es que no me lo creo. Más bien me inclino a pensar que Puigcercós es, como se dice, un cantamañanas que no sabe defender unas ideas políticas normales, suponiendo que las tenga porque esa es otra cuestión, y lo suple atacando a los demás, Dios incluido con todos mis respetos a su nombre.

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