En Pensilvania, Estados Unidos, han ideado una nueva forma de comprar vino. Sólo hace falta una tarjeta de crédito para adquirir las bebidas en una máquina de autoservicio. Pero, antes, el cliente tiene que insertar el carné de conducir para demostrar que es mayor de edad y pasar un control de aliento para descartar que estén ebrios. La primera reflexión que se me ocurre al leer tan novedosa iniciativa es que lo que no inventen los yanquis… y la segunda, que los ciudadanos mayores de 18 años que no sepan conducir se quedan sin ‘morapio’.
Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar noticias curiosas que tiene que ver que con el jugo fermentado de la uva. En Galicia, concretamente en la localidad coruñesa de Negreira, un girasol regado con vino supera los cinco metros de altura y alcanza cerca de doce centímetros de diámetro. Los propietarios de la impresionante planta tomaron esta tan poco habitual medida ante la falta de agua en la huerta y no saben si a causa del vino o no, pero el ejemplar sigue creciendo sin parar, para gran asombro de los curiosos que hasta allí se acercan para contemplarlo. De todas formas, por si las moscas, los agricultores han decidido empezar a regarla con agua. Tras conocer este hecho se me ocurre que habrá que estar atento al futuro de este girasol para saber si sus pipas tendrán gusto a albariño o si las ensaladas aliñadas con su aceite serán o no aptas para menores. Yo, de momento, me apunto a la cata… ¡cómo no conduzco!
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