Rebuscando entre las noticias curiosas para elaborar esta sección como cada lunes he encontrado algunas protagonizadas por ‘amantes de lo ajeno’, que tuvieron un mal final aunque, afortunadamente, no acabaron en desgracia. Una de ellas tuvo lugar en Lima, Perú, donde un tren cargado de minerales descarriló, después de que cuatro vagones se salieran de la vía férrea, porque a unos chatarreros no se les ocurrió una idea más descabellada que robar un tramo de raíles. Menos mal que el accidente, que se registró al amanecer, no provocó víctimas, aunque hubo que suspender el servicio ferroviario para reponer los raíles sustraídos. Y si robar tramos de vía no se antoja un botín muy racional por las consecuencias que puede tener un siniestro ferroviario, también sorprende que alguien quiera robar arena de la playa, pero ésto es lo que pretendía hacer un vecino de la localidad de Marathon, Florida. Al parecer, el susodicho individuo, que se llama Brian Splain, y tiene 46 años, llenó su camioneta de arena y cuando intentaba huir su camión se enterró en la playa en un inmenso hoyo del que tuvo que ser rescatado por la Policía. El ‘caco’ que, para más señas, estaba borracho como una cuba, explicó a los agentes que necesitaba la arena para un trabajo que estaba realizando.
Acabamos con un ladrón arrepentido: un cerrajero brasileño que devolvió 26.000 reales (11.000 euros) un día después de robarlos. Hay que que aclarar que su arrepentimiento fue de ‘aquella manera’, ya que había sido reconocido por una vecina y su detención era inminente.