En los últimos meses la naturaleza se ha cebado con el hombr

En los últimos meses la naturaleza se ha cebado con el hombre y los desastres no paran de abrir las portadas de los diarios. Primero fue el devastador seísmo de Haití, luego el de Chile, poco después las inundaciones de Río de Janeiro y la pasada semana el terremoto que ha asolado China, por lo que muchos se preguntan si es normal tanta actividad sísmica. Pero he aquí que ya hay alguien que ha dado con el motivo de tanto desastre: un castigo divino. Sí, concretamente de Alá, porque hay un ayatolá que ha afirmado que “el aumento de relaciones sexuales ilícitas es la causa del aumento de los terremotos”. Semejante diagnóstico ha salido de boca de Kazem Sedighi, imán de la oración del viernes en Teherán, que considera que “las catástrofes naturales son el resultado de nuestro propio comportamiento” y, como es habitual entre los islamistas conservadores puso la diana directamente en las féminas: “muchas mujeres mal vestidas” (es decir que no respetan la indumentaria islámica) “corrompen a los jóvenes, y el aumento de relaciones sexuales ilícitas hace crecer el número de terremotos”, soltó. Sin embargo, la teoría parece no sostenerse habida cuenta de que los terremotos no sólo se producen en territorios de religión musulmana, aunque puede ser que los dioses se hayan puesto de acuerdo y hayan decidido dar un escarmiento a toda la humanidad por pecadora. Y lo dejo ahí, que no quiero dar argumentos a otros sectores ultraconservadores, no sea que cualquier noche en alguna tertulia de la TDT otro ‘experto’ achaque las inclemencias climáticas de nuestro país al enfado del Todopoderoso por algunas iniciativas legislativas del Gobierno. Yo, por si acaso, seré buena, y las relaciones ‘ilícitas’, aunque no sepa muy bien que son, ni catarlas.

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