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Uno de Economía

Las consideraciones macroeconómicas fueron sencillas y prácticas: se hicieron para disponer de escenarios y cifras sobre la disponibilidad de recursos financieros para el plan. En los inicios de los ’80, poco después de mis primeros estudios en Europa, tuve la oportunidad de dirigir lo que resultó ser, de acuerdo a lo que me refirió en una ocasión el gobernador al cual serví de consultor, el primer plan quinquenal estadal (provincial) en América Latina. Las consideraciones macroeconómicas fueron sencillas y prácticas: se hicieron para disponer de escenarios y cifras sobre la disponibilidad de recursos financieros para el plan. Y buena falta que hacían.
 
Fue la época de las alzas del precio del petróleo por los eventos en Irán. Hubo dos años de subidas y luego un declive. En el plan pudimos ajustarnos al ciclo. Poco tiempo antes, en mi pasantía doctoral en la DATAR francesa, había podido bosquejar algunos apoyos prospectivos a las decisiones, que resultaron útiles entonces. El determinismo y la rigidez resultante en el manejo irreflexivo del paradigma del Modelo de Harrod-Domar hacía que asignaciones en gasto e inversión para multiplicar el producto se convirtieren en rigideces fiscales del sistema. Pero, en nuestro caso, teníamos salvaguardas.
 
1°) Se disponía tanto de un estricto orden de prioridades, como de una estimación de las posibilidades de ingresos. Para lo primero, criterios de validez (éxito) de las opciones; para lo segundo, lo que llamábamos la “línea de flotación”, la cual determinaba el límite máximo de la asignación. 2°) Buena parte de la inversión era contingente. Eso significaba que se decidía año a año, sin influencia inercial. No se invertía porque ya se había invertido antes. Se lo hacía si había plena justificación. Y 3°) Se era estrictísimo en la eficiencia del gasto. Se decidía en función de la evaluación de la mejor opción.
 
Recuerdo. 1°) que, en los casos convenientes, pasamos del esquema de planes coordinados entre los gobiernos nacional y estadal que existía en la época, por ejemplo, a la creación del primer órgano estadal encargado del sector vivienda. Con lo que en el plan coordinado se construía una casa, directamente podíamos construir diecinueve. Y 2°) que pudimos, sin traumas, ni ineficiencias, asumir los frecuentes descensos en las asignaciones presupuestarias centrales, por la baja en el ingreso petrolero.
 
Como habrán visto en la corta muestra, buena prospectiva, mejor estrategia, planes y presupuestos detalladamente definidos y monitoreados, buen gobierno y apropiado control operacional son apoyos importantes para un sano manejo fiscal. No es lo corriente en el mundo. Lo fiscal es más un reparto que una asignación. Tema de Economía Política. Y explica mucho –me voy a lo muy macro- los atascos mundiales actuales. Lo he dicho repetidamente y lo formalizo aquí: la próxima e inevitable frontera de la política económica es la infusión de eficiencia a las asignaciones fiscales.
 
Sea por el estancamiento secular o la crisis autoinflingida; o, si lo queremos ver instrumentalmente, por el agotamiento de las posibilidades de los nuevos medios de la política monetaria, bajo el errado supuesto del agotamiento de los medios fiscales, en algún momento los economistas tendremos que franquear la frontera que el olvido de un principio microeconómico básico nos impone: a la asignación se le debe exigir la máxima eficiencia posible. No es verdad que todo gasto vale. Vale el gasto optimizador de efectos positivos. Tampoco es verdad que a Keynes no importaba la eficiencia del gasto. Lo daba por supuesto. En un pasaje de su “Teoría General” lo dice. Y si bien es cierto que ese atributo es básico al neoclasicismo, también tendrá que serlo para todos.
 
Mi vieja experiencia me dio resultado. La discutíamos en mi cátedra de Planificación de la época. Mitad, formalmente; mitad, como tema de gestión de medios de alto gobierno. Posteriormente, por la experiencia, fluía con el despliegue del Ciclo Integral de la Gestión. Hoy, lo veo como crucial, para un problema irresoluto. Y tiene que ver con más asuntos de la actualidad y del futuro próximo del mundo.
 
* Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
sjguevaragarcia@gmail.com / @SJGuevaraG1

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