Atunes

Opinión

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Todo este tiempo para terminar pagando el rescate y, al final, hemos acoquinado la pasta, los intereses y poco más le hemos pagado la gasolina a los piratas para que huyan en la canoa motorizada. Si era por pagar ya estaba resuelto el rescate del «Alakrana» desde el primer día, pero se supone que había un gabinete de seguimiento y que las cosas se hacían en secreto pero sin dejar de funcionar. Ahora es cuando se aprecia que la descoordinación ha estado a punto de darnos un disgusto.

El rescate del atunero vasco va a traer cola porque Zapatero no puede aplicar la solemnidad de todos sus silencios también al rescate de un pesquero. El presidente se ha solemnizado de una forma peligrosa para él. Su grado de magnificar lo evidente es tan cómico que o rebaja la tensión de la ceja, o le van a tomar por el niño que vio a la Virgen entre las rocas. El «Alakrana» es una crisis de Gobierno en toda regla y se tienen que depurar los odios entre las distintas carteras porque desde Carmen Chacón a Moratinos aquí se ha hecho un ridículo colectivo de grandes proporciones. Otra cosa es querer taparlo bajo el manto de que se actúa como James Bond cuando, en realidad, se ha hecho el ridículo del Pagafantas.

Anoche un grupo de piratas llegó a la cantina, le dieron una patada y provocaron grandes risotadas entre los presentes. Uno de ellos levantó el brazo y antes de estamparlo contra el mostrador, dijo: «esta ronda la paga Moratinos», y entonces todos se lanzaron a rellenar sus vasos de güisqui como si se fuera a terminar el cargamento procedente de Escocia.

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