Así se desprende del informe ‘De propietarios a inquilinos’ sobre “la creciente desigualdad en el acceso a la propiedad” publicado por el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, (IDRA). Este documento revela que, “lejos de ser una etapa transitoria propia de la entrada en la edad adulta, vivir de alquiler es una condición duradera con alta probabilidad de prolongarse hasta la vejez”.
Los datos derriban el “mito” de que “la mayoría heredará antes o después una vivienda y dejará de vivir de alquiler”. Además, pone de relieve que las dinámicas del mercado del alquiler lo han convertido en un “mecanismo de transferencia de rentas entre la población inquilina y la población rentista que acumula propiedades sobrantes, siendo este cada vez más un vector de desigualdad social”.
Según el informe, cada vez más gente vive de alquiler y los inquilinos ya representan el 53% de los hogares entre 16 y 29 años y el 32% de los hogares entre 30 y 44 años. “Aunque la población joven vive principalmente de alquiler, en términos absolutos la mayor parte de la población inquilina tiene entre 34 y 65 años”, señala.
Asimismo, detalla que los hogares de origen extranjero viven mayoritariamente de alquiler, mientras que solo el 14% de la población española fue inquilina en 2023. No obstante, apunta, en términos absolutos la mayoría de personas que viven de alquiler son españolas, ya que representan un mayor porcentaje sobre la población total.
Además de asegurar que 3 de cada 10 inquilinos de Madrid y Barcelona no esperan heredar una vivienda, el análisis de IDRA recoge que “a mayor edad, menor expectativa de herencia”. En la cohorte de 35 a 64 años, sólo un 30% espera heredar, porcentaje que aumenta al 40% entre inquilinos de menos de 35 años.
La posibilidad de herencia es aún más baja en el caso de las personas de origen extranjero. En concreto, el 80% no tiene expectativas de heredar una vivienda en el futuro, frente a 6 de cada 10 de nacionalidad española.
El papel de los inversores en el mercado
Según el informe, los inquilinos que quieren acceder a su primera casa en propiedad “compiten” con individuos e inversores que ya poseen viviendas en propiedad y patrimonios muy elevados. En este sentido, en los últimos años, entre el 56% y el 60% de las compras se hicieron al contado, sin hipoteca. De estas operaciones, el 15% la realizan extranjeros no residentes.
Asimismo, entre 2008 y 2020, casi la mitad de las viviendas inscritas en el registro de la propiedad son de empresas con más de 8 inmuebles. “Todo ello refleja que la propiedad de viviendas se concentra cada vez más en manos de quienes ya poseen bienes inmuebles”, expone. “En la última década”, incide, “el número de grandes propietarios, aquellos con más de diez viviendas a su nombre, ha aumentado un 20%.
Los caseros
Estos datos muestran que “el origen del problema se halla en la distribución cada vez más asimétrica de la vivienda en propiedad, que está disparando la desigualdad en España”. Así, los hogares inquilinos, con una renta media de 22.183 euros anuales, “no tienen opción de acceder a una propiedad y se ven obligados a transferir buena parte de sus ingresos a los hogares rentistas, cuya renta media se sitúa en 46.725 euros anuales”.
“La riqueza fluye de quienes tienen menos ingresos y no tienen propiedades a quienes tienen más ingresos y cada vez acumulan más propiedades”, asegura, antes de manifestar que “los caseros son el grupo de mayor renta de España incluso sin contar los ingresos de sus alquileres, y la ratio de ingresos de los arrendadores es hasta 2,58 veces superior a la de quienes alquilan”.