El himno nacional ha sonado pero no se ha oído este miércoles en Las Ventas. Una ovación cerrada al Rey ha silenciado a la banda que ha acompañado la Corrida de la Beneficencia. El mundo del toro ha rendido su espontáneo homenaje al Rey este miércoles en Madrid. Juan Carlos I ha acudido a la Plaza de Las Ventas para presidir la Corrida de la Beneficencia, tal y como figuraba en su agenda oficial, y se ha topado con una ovación cerrada que ha ahogado todos los compases del himno nacional que se interpretaba a su llegada al palco real.
Los cerca de 20.000 aficionados que abarrotaban el coso taurino madrileño han aplaudido y gritado vivas al monarca durante toda la interpretación de la Marcha Granadera. Una situación similar a la que se viene dando en los últimos actos en los que Don Juan Carlos está acudiendo antes de que se haga efectiva su abdicación en su hijo el príncipe Felipe. Los expertos en Casa Real apuntan además que en este caso la ovación ha tenido además un componente de agradecimiento por la labor de promoción y defensa de la tauromaquia que el Rey ha realizado siempre.
El palco real se había engalanado para la ocasión con guirnaldas florales y un tapiz del escudo nacional. Junto al todavía Rey de España, aparecían ocupando los puestos de deferencia de la Plaza el ministro de Cultura, José Ignacio Wert; la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; el presidente regional, Ignacio González; y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. El ministro era uno de los que se arrancaba a aplaudir a la entrada del monarca en el parco para parar al son de los primeros compases del himno nacional y retomar después su ovación.
La llegada del Rey a la Plaza de Las Ventas se producía unos 20 minutos antes de las 19:00 horas a las que tenía que dar comienzo el festejo taurino, y hora en la que se ha producido su aparición en el palco. Los toreros de la tarde -Julián López ‘El Juli’, Iván Fandiño y Alejandro Talavante- también han mostrado sus respetos a Don Juan Carlos en repetidas ocasiones a lo largo de sus suertes. El espada madrileño ha brindado al monarca su primera faena a la voz de: “Por ayer, por hoy y por siempre”.